En cuanto al revés a dos manos, es uno de los golpes más fuertes y definitorios del circuito, conocido por su potencia y precisión. El gesto parte desde una posición de espera, con las piernas semiflexionadas y la raqueta por delante del cuerpo. Al leer el saque rival, Jannik realiza un paso de ajuste lateral, girando el tronco hacia el lado y llevando la raqueta hacia atrás con ambas manos.
En el momento del golpe, transfiere el peso de la pierna trasera a la delantera y ejecuta un movimiento hacia adelante con firmeza y precisión, impactando la pelota delante del cuerpo. El gesto concluye con la rotación completa del torso y la raqueta por detrás de la cabeza, manteniendo el equilibrio y la preparación para el siguiente movimiento.
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